jueves, 20 de diciembre de 2012

El Arte Belenista (Marian Roales)


            La historia del nacimiento de Jesús y todos los hechos que lo rodearon (la huida a Egipto, Herodes, la anunciación a los pastores, la adoración de los Reyes,...) son escenas habituales en estas fechas en muchos rincones del mundo, en lo que se conoce como 'El Arte Belenista'.  Inspirados en los evangelios y guiados por la imaginación, representan varias o una de las escenas citadas.
            Según el II Congreso Belenista Internacional celebrado en Roma en 1955, la definición de belén aceptada como tal fue aportada por el catalán Joan Amades: "Entendemos por pesebre (o belén) la representación plástica y objetiva del nacimiento de Jesús mediante la disposición de un país visto de manera panorámica, en el que se sitúa una diversidad de figuras móviles que se pueden mover y alterar de sitio a gusto del que hace el pesebre. Toda otra figuración de nacimiento del Mesías, representada en pintura, vidriería, bajo relieve o cualquier otra manifestación artística que no reúna las condiciones indicadas, no puede ser considerada como pesebre".

            Ya en el s.II se representaron temas del nacimiento de Cristo, como las que se encontraron en la Catacumba de Priscila, donde se ve por primera vez la Virgen con el Niño en brazos y junto a ellos el profeta Elías.

    
      Se dice que la primera representación de un belén, que se ha considerado como el origen del Belenismo, se remonta a la Nochebuena de 1223. San Francisco celebró la Eucaristía en una cueva dl pueblo italiano de Greccio donde se organizó un belén viviente con una mula y un buey.



            Respecto a los belenes realizados por el mundo, las referencias más antiguas datan de 1289 en Florencia. Se trata de un belén tallado en mármol blanco por Arnolfo di Cambio, arquitecto de la Catedral de Florencia. Parte de estas figuras aún se conservan en Santa María la Mayor de Roma.


            Durante los siglos XIV-XV los belenes eran fijos como el de Andrea della Robia en el Duomo de Valterra. Con el barroco se impulsó definitivamente el Arte Belenista que, con la incorporación del espacio escénico y el auge de la escultura se introducen en las casa señoriales.  Poco a poco fueron pasando a la burguesía y finalmente al pueblo desde donde se ha mantenido hasta nuestros días.

  
         Si bien es cierto que la cuna del Belén es Italia, España adoptó esta tradición y se convirtió en una gran trasmisora de la misma. Centrándonos, entonces, en España, el Belén es introducido por los franciscanos en el s. XV. El más antiguo que se conserva es el Belén de Coral en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. Está tallado en coral, plata y bronce y es de autor desconocido.

            Podemos destacar también al imaginero murciano Francisco Salcillo (s. XVIII) que realizó un belén por encargo del Marqués de Riquelme. Contaba con más de 900 figuras y se conserva en el Museo Salcillo de Murcia casi por completo.

            Los belenes en España, desde su inicio siguen una tendencia habitual: 'la policromía' bien sobre madera o sobre barro o arcilla, empleándose lienzo en algunos, como los de la escuela murciana. Los impulsores de este ate en la historia de España son, entre otros,  Fray Eugenio de Torices, La Roldana, Carlos III, Francisco Salzillo, la Escuela Murciana, la Escuela de Olot, la Escuela Granadina y la Escuela Jerezana.
          En la actualidad contamos con muy buenos y ampliamente conocidos y reconocidos imagineros: José Luis Mayo Lebrija, Martín Castells y Martí, los murcianos José Nicolas Almansa, los hermanos Griñán, Serrano, Amo, Guillén, Galán, Decorate y otros; en Granada tenemos a José Miranda y Jesús Jiménez continuador de la Escuela Barroca Granadina de su abuelo Rada, y Jerez con Pedro Ramírez Pazos, un maestro cada vez más destacado en la realización de Esculturas para el Belén.

            Haciendo un recorrido por las capitales de provincias cercanas, encontramos algunos belenes famosos:

         En el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, se conserva esta Natividad del s. XV, obra de Alonso de Berruguete, que irrumpió también, como otros grandes tallistas, en el mundo del belén.


        También del s. XV es esta auténtica joya de la Catedral de León cuyos autores son desconocidos, pero, probablemente, centroeuropeos.

 

      Del s. XVII es el Belén de las Agustinas Recoletas de Salamanca. Está constituido por un conjnto de figuras napolitanas, regalo de Don Manuel de Zúñida y Fonseca, verrey de Nápoles, a su hija cuando iba a profesar en este convento.



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