sábado, 15 de diciembre de 2012

El paisajista MARTÍN RICO (1833-1908) (Laura Gómez)

Martín Rico, pintado por Joaquín Sorolla
   Martín Rico y Ortega (Madrid, 1833-Venecia,1908). Pintor español considerado el padre del paisajismo moderno español. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde trabó amistad con renombrados artistas de la época, como Fernando Ferrant, Rosales, Genaro Pérez Villaamil o Raimundo de Madrazo, entre otros. Viajó a Suiza, a Londres y a París donde continuó sus estudios y su carrera junto a Daubigny. En 1866 conoció a Mariano Fortuny en Granada, quien le influyó notablemente en su estilo. Se enamoró de Venecia, por su luz y su colorido, considerando la ciudad como un gran taller al aire libre en el que podía dibujar y pintar a su antojo "desde su góndola". Allí fue donde se instaló en 1873 y donde llevó a cabo su obra hasta el último de sus días, desarrollando un estilo personal en el que mezcló el Realismo Español del siglo XIX con ciertos aires del Impresionismo.

   La diversidad de sus etapas pictóricas le sitúan como uno de los pintores españoles de mayor interés  de su siglo, tanto por sus óleos como por sus acuarelas y dibujos.

   Desde el pasado 30 de octubre y hasta el próximo 10 de febrero, el Museo del Prado acoge la  primera exposición monográfica que este museo dedica al gran artista, y para la ocasión, ha reunido sus obras más importantes y una gran cantidad de cuadernos del paisajista. La muestra se divide en cinco apartados que recogen lo más representativo del creador, desde sus comienzos con obras de El Escorial, Segovia y Ávila, hasta la parte más popular de su producción con sus obras de Venecia:

      - Los inicios como paisajista (1854-1861)
      - El camino hacia el realismo  (1862-1870)
      - Vistas españolas (1870-1893)
      - Vistas francesas e italianas (1872-1908)
      - Vistas venecianas (1873-1908)


Patio de escuela (1871)
Óleo sobre lienzo, 34x60,5 cm
Madrid, colección particular
  La pintura que más me ha gustado de toda la exposición  ha sido Patio de escuela, en la que Martín Rico plasma la atmósfera y la alegría de una localidad andaluza, combinando, como ya lo hiciera otras veces,  los detalles más minuciosos de la arquitectura mozárabe, con la pintoresca presencia de varias niñas durante una clase se costura. Es una escena anecdótica y popular en la que no falta detalle alguno y que se puede apreciar con los cinco sentidos: el murmullo del agua, el olor de las flores, el calor de los rayos de sol que inciden sobre la encalada pared de las escuela,... 

   Esta obra constituye un verdadero recreo para la vista. Mis compañeras y yo, pasamos un buen rato contemplándola, comentando cada uno de los detalles que Rico nos muestra en esta tierna estampa. Una inocente mirada, una niña dormida mientras que el gato la observa impasible, una pequeña maestra que ayuda con la labor a su compañera, otra niña que observa detenidamente su paño bordado haciendo balance de su trabajo,... infinidad de detalles en cada alumna, algún elemento particular en cada rincón del cuadro.

   Patio de escuela: Un descubrimiento,... una imagen para el recuerdo,... una postal en el tablón de nuestra habitación...


Naranjos en la Huerta del Retiro, Sevilla (1875)
Acuarela sobre papel, 30x47 cm
Barcelona, Colección Ramón Mascort



 Otra de las obras que me han llamado especialmente la atención es la titulada 'Naranjos en la Huerta del Retiro', la cual llevó a cabo impulsado por la fascinación que sentía por Granada y su ambiente árabe. Esta admiración quedó plasmada en las pinturas de esta etapa, que reflejan un colorido intenso y una luz vibrante.



Lavanderas de La Varenne, Francia (1865)
Óleo sobre lienzo, 85x160 cm
Madrid, Museo del Prado.
  En este cuadro, Martín Rico nos muestra a un grupo de lavanderas realizando sus tareas a orillas del río Sena, y destaca por la horizontalidad de la composición, solo rota por la verticalidad de algunos árboles. Destacan además los clasoscuros que realzan las figuras de las lavanderas y del río frente al macizo de los árboles y la ciudad. Esta obra le supuso a Rico ganar la medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1866.


Un canal en Venecia (1875)
Óleo sobre lienzo, 50,2x67,9 cm
New York, Museo Metropolitano.

  A finales de la década de 1870, Rico comenzó a pintar los palacios venecianos, cuya monumentalidad se acentúa en esta imagen al aumentar la anchura del pequeño canal al que da el palacio Soranzo Van Axel. Este palacio fue pintado con gran exactitud, mientras que  modificó o incorporó nuevos elementos en el resto de los edificios.
  Destacan en sus cuadros de esta etapa, el contraste entre las monumentales estructuras de los edificios en comparación con las pequeñas figuras humanas. El artista intenta reflejar en sus obras todo el esplendor de la atmósfera veneciana, por lo que llevó sus dotes de colorista al extremo, a la vez que aumentaba su fascinación por la ciudad.



Cuadernos de Martín Rico
  La exposición se completa con una amplia colección de cuadernos de Martín Rico, los cuales utilizaba para estudiar sus obras, además de para realizar análisis del natural durante sus numerosos viajes por Europa. Son fundamentales para comprender el proceso creativo y su faceta de dibujante, ya que constituyen un valioso testimonio de los aspectos que más le interesaban. Estos pequeños dibujos transmiten una gran calidad en el trazo, y en ocasiones parece mentira el hecho de que sean simples bocetos y no la obra que en realidad quería producir, ya que son realmente impresionantes. 
  Cuarenta de estos cuadernos fueron adquiridos por el Museo del Prado hace cinco años y a partir de ellos, se inició un largo e intenso proceso de investigación que ha culminado en la extraordinaria exposición monográfica que visitamos el pasado 13 de diciembre.



Un paseo por la exposición con Javier Barón
(Jefe del Departamento de Pintura del siglo XIX)

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