Continuando al hilo de la entrada
sobre Niños Raros que hicimos el día 1 de diciembre, vamos a contaros,
brevemente la historia de este libro y de cómo fue el nacimiento de estos
veintisiete Niños Raros.
No contento con representar cada uno de ellos con una letra, Raúl Vacas lo utiliza además, para mostrar diferentes recursos estilísticos o métricos, de modo que encontramos un tautograma, un romance, versos de cabo roto, aleluyas, soneto con eco,...
Acompañan a a los versos las ilustraciones de Tomás Hijo; aunque deberíamos decir lo contrario, puesto que es la poesía la que acompaña a cada ilustración.
Si el proceso habitual es escribir un libro y es después cuando la editorial se encarga de su ilustración para publicarlo, en lo cual el autor no suele tener opinión, este libro es raro hasta en eso: los niños nacieron visualmente mucho antes que su poema.
Todo Raro hasta el final.
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