Sally Mann (Lexintong, Virginia, 1951) es una fotógrafa estadounidense conocida por sus trabajos en blanco y negro. Trabajos que se centran en momentos cotidianos de la vida de sus hijos, Jessie, Emmett y Virginia, tomadas en su finca de Virginia como escenario, y, posteriormente, de paisajes y situaciones que sugieren decadencia y muerte.
Su forma de retratar los momentos más íntimos de la infancia y adolescencia de sus hijas en un contexto abierto al mundo natural, le ha traido a Mann más de una crítica negativa, siendo calificados sus trabajos en algunas ocasiones como pornografía infantil. Aunque por otra parte, son muchos los que han definido su trabajo como espectacular.
Sally Mann siempre ha sostenido que sus fotografías son "naturales", lo que los ojos de una madre ven durante todas las etapas del desarrollo de sus pequeños: felicidad, juego, tristeza, enfermedad, inseguridad, miedo, soledad,... e incluso la sexualidad. Ella observa y registra en su obra los efectos que el paso del tiempo tiene sobre sus hijas en la transición de niñas a mujeres.
En "The Big Girls" (Las chicas mayores), fotografía tomada en 1992, se aprecian tres planos diferenciados por las texturas, luces y enfoques.
Sobre un fondo de paisaje que responde a la regla de los tercios en la que existen tres partes de tierra por una de cielo, dando prioridad al lago donde tiene lugar la escena, se sitúan dos planos bien diferenciados: un primer plano desenfocado donde se encuentran dos adolescentes, y un segundo plano donde se haya la protagonista de la imagen.
En este último, la figura de la niña desnuda atrae toda la atención del espectador, debido a que además de representar el eje central de la composición, es donde recae el foco de luz central. El claroscuro hace que se potencie la fuerza de esta figura, creando un contraste entre el fondo y la forma que agudiza las líneas que marcan el contorno de la figura infantil.
El eje divide la foto en dos partes simétricas, alterada esta simetría por las diferencias entre las dos mujeres que se encuentran en primer plano. Además, la postura de la chica de la derecha, con su pierna estirada, hace que se rompa la monotonía de la foto, al insertarse este elemento en el eje central de la composición.
Los elementos fuertes de la fotografía son las tres figuras humanas, los cuales se organizan siguiendo un patrón de forma triangular remarcado por la dirección en la que están inclinadas las cabezas de las tres mujeres (el centro del triángulo).
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El estilo personal de esta artista produce intriga al espectador, curiosidad por saber lo que nos oculta la escena, lo que ocurre en torno a cada situación. Esto es lo que hace que su obra tenga un estilo inconfundible que no deja nunca indiferente.
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